jueves, julio 05, 2007

¡Libertad!

Hay que exigir de las FARC la liberación sin condiciones de todos los secuestrados. Y su desmovilización inmediata y la confesión de todos sus crímenes y la reparación a sus víctimas. Desde el punto de vista ético es lo mínimo que podemos pedir. Pero por supuesto las FARC no harán caso. Para el macabro "ejército del pueblo" la voz del pueblo es una injerencia indebida en su lucha seudorrevolucionaria.

Pero, por si acaso les queda algo de humanidad, hay que exigirles que por lo menos dejen de utilizar a los secuestrados como parte de sus estrategias militares y económicas. Que se sienten de inmediato a negociar un intercambio humanitario sin condiciones previas.

O, si siguen exigiendo el despeje de Pradera y Florida, que a cambio ofrezcan firmar un compromiso de no dar marcha atrás por ningún motivo en la negociación del acuerdo apenas salga la fuerza pública de dicha área.


Del Gobierno lo único que se pueda exigir es que no trate de igualarse en intransigencia e irracionalidad con los asesinos y que cumpla con sus responsabilidades constitucionales de trabajar por la vida, la libertad y el bienestar de todos los colombianos. Esto implica poner la vida, la libertad y el bienestar de los colombianos por encima de cualquier consideración política o militar, pero también implica no claudicar las instituciones democráticas ante el chantaje inhumano de las FARC.


Y de la ciudadanía hay que exigir que no sea indolente, que no se resigne, que no se olvide de que, a pesar de la farándula, del fútbol, de todo, el país está carcomido por la inhumanidad. Y que, como hoy, se movilice con regularidad por la paz y la justicia.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Encuentre más información sobre las manifestaciones contra el secuestro

• Manifestaciones en el exterior (vea nota de El Tiempo)
• Envíe un mensaje de apoyo a Clara de Rojas, madre de Clara Rojas (secuestrada con Íngrid Betancourt) y abuela de Emmanuel, nacido en cautiverio a liberenaemmanuel@yahoo.com

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

ACTUALIZADO EL 6 DE JUNIO

Imágenes de las manifestaciones:


Bogotá
Foto: REUTERS / Yahoo! News



Bogotá
Foto: EL ESPECTADOR



Cali
Foto: REUTERS / Yahoo! News



Cali
Foto: EL PAÍS


Medellín
Foto: EL TIEMPO

Barranquilla
Foto: Fernando Ariza / EL TIEMPO


Neiva
Foto: EL TIEMPO


Pereira
Foto: LA TARDE


Manizales
Foto: LA PATRIA


Cúcuta
Foto: LA OPINIÓN


Bucaramanga
Foto: VANGUARDIA LIBERAL


Cartagena
Foto: EL UNIVERSAL


Sincelejo
Foto: EL MERIDIANO DE SUCRE

Etiquetas: ,

martes, marzo 13, 2007

De paseo por los medios II

Además de repasar los temas que dominaron los titulares la semana pasada, vale la pena destacar algunas noticias positivas que pasaron desapercibidas.

La semana pasada se habló hasta el cansancio sobre la visita a Colombia del presidente estadounidense George W. Bush. Y el día de su visita Colombia lo recibió en todo su esplendor. Unos con la mano en el pecho al entonarse el himno estadounidense. Otros tirando piedra y luchando contra el imperialismo yanqui por medio del saqueo de establecimientos locales. Y los demás, los del centro —tanto aquellos que todavía no han regalado su libertad de pensamiento a ninguna ideología extremista como los indiferentes de siempre— pasando un domingo más de sus vidas sin que nada cambie a pesar de tan ilustre visita. (Ver informe de la visita en El Tiempo)

(Antes de continuar, ¿por qué será que ningún medio de comunicación se tomó el trabajo de reproducir el comunicado del Polo Democrático en el que Carlos Gaviria y Gustavo Petro condenan la absurda violencia de los manifestantes? ¿O la entrevista de Gustavo Petro con La W que le valió el calificativo de "rastrero" por parte de un revoltoso anónimo en Indymedia? Si bien es cierto que el Polo debió acompañar las manifestaciones de cerca para ayudar a mantener el orden y prevenir inflitraciones, es una irresponsabilidad del Gobierno echarle la culpa a la oposición democrática de lo que hicieron algunos trogloditas haciendo caso omiso de la orden del Polo de realizar una protesta pacífica.)

También se armó un escándalo por la visita a Washington de Petro, quien pidió a la OEA vigilancia intensiva para las elecciones locales de octubre próximo (ver nota). Por supuesto, el escándalo de la "parapolítica" continúa: el actual gobernador de Magdalena, Trino Luna, fue suspendido de su cargo y detenido por sus presuntos nexos con paramilitares (ver nota), y la Interpol quedó encargada de capturar a Álvaro Araújo Noguera, cuyo paradero se desconoce desde que la Fiscalía ordenó su detención (ver nota). Por otra parte, el Estado aceptó su responsabilidad por el asesinato de Manuel Cepeda, dirigente de la Unión Patriótica (UP), ocurrido en 1994 (ver nota).

Y Yair Klein, el mercenario israelí que entrenó a las primeras "autodefensas campesinas" —los corderitos cuyas obras de misericordia en El Aro y Mapiripán son gratamente recordadas por todos—, declaró en una entrevista que le parece "una estupidez" desmovilizar a los paramilitares sin haber acabado con la guerrilla y dijo que ofrecería sus servicios de nuevo para continuar la noblísima causa de los 'paras' (ver nota). No falta mucho para que los ultrafuribistas quieran reformar algún articulito para lanzarlo a reemplazar a Uribe en 2010.

Y, por otro lado, el magnánimo 'Raúl Reyes' expresó por enésima vez la "indeclinable voluntad" de las FARC de liberar a todos los secuestrados a través de un acuerdo humanitario (ver nota). Pero explicó que para esto es necesario que el Gobierno retire a la fuerza pública de los municipios de Florida y Pradera (Valle). Asimismo pidió "que el Gobierno no siga tendiendo más cortinas de humo con el propósito de dilatar un proceso y un problema que debió resolverse muchos años atrás". "Si no fueran tan temibles, nos darían risa. Si no fueran tan dañinos, nos darían lástima...", dice una canción de Serrat.


Pero a pesar de todo la vida sigue...

Además de los temas de siempre vale la pena destacar algunos artículos publicados en medios nacionales, por si acaso alguien se olvida de que Colombia sigue andando a pesar de todo.

Líder comunitaria de desplazados recibe premio
El Premio Cafam a la Mujer 2007 fue otorgado a Yannet Mosquera Rivera, líder de la Corporación Destechados ProDesarrollo Comunitario, que agrupa a 1.500 familias desplazadas por la violencia en el Cauca. Luego de haber sido desterrada de su tierra por los paramilitares, Mosquera agrupó a 250 familias desplazadas en las afueras de Popayán y creó huertas orgánicas de repollo, cebolla, remolacha y otros productos. Gracias a estos esfuerzos, la Corporación adquirió un lote donde se construirán mil viviendas este año. (Más información)

Pandillas: del crimen y el vicio a la música
Gracias al programa Tejedores de Sociedad de la Alcaldía de Bogotá, que desde el año 2000 busca ofrecer a los jóvenes de estratos bajos el arte como alternativa al crimen y a las drogas, en 2006 más de 1300 personas recibieron formación gratuita en música, teatro, artes plásticas y visuales, danza y literatura. La semana pasada El Tiempo publicó un reportaje sobre un grupo de 200 jóvenes del barrio Buenavista, quienes han encontrado en el rap y el "break-dancing" una forma de expresarse y poner a funcionar su creatividad (ver nota).

Colombianos en New Jersey
La revista Credencial publicó un reportaje sobre la colonia quindiana en la ciudad de Morristown, New Jersey (EE.UU.). Casi cuatro mil personas originarias del municipio de Montenegro viven allí y trabajan con varias ONGs para ayudar a la gente de su municipio. (Artículo completo)

Rafael Pombo cantado
La misma revista anunció el lanzamiento de un CD por parte de la Fundación Rafael Pombo con los poemas infantiles de Pombo ("El gato bandido", "Mirringa mirronga", "La pobre viejecita", etc.) cantados por Carlos Vives, Juanes, Andrea Echeverri, Cabas, Ilona y Fonseca, entre otros. (Artículo completo)

Y para terminar, un "Acuerdo sobre lo básico"
El columnista Héctor Abad publicó un excelente texto invitando a los diferentes grupos políticos de Colombia a dejar la absurda polarización en que está sumido el país y establecer metas comunes sobre temas esenciales: acabar con la desnutrición infantil en todo el territorio nacional (siguiendo el ejemplo de Antioquia, en donde el mes pasado el hambre no mató un solo niño), condenar absolutamente el uso del secuestro, los asesinatos y las desapariciones como medio de lucha (tanto de parte de los paramilitares como de la guerrilla) y no dejar un sólo municipio sin agua potable corriente (al fin y al cabo, Uribe logró llevar la fuerza pública a todos los municipios del país). (Leer la columna completa en Semana.com)

Etiquetas: , , , , , ,

domingo, mayo 21, 2006

Más allá del liderazgo de Uribe

Álvaro Uribe es uno de los mejores líderes que ha tenido Colombia en toda su historia. El problema es que mucha gente ignora que el liderazgo no lo es todo; un líder efectivo y exitoso no necesariamente es un líder perfecto ni infalible, ni, mucho menos, un líder ético.

La inmensa capacidad de liderazgo de Uribe es indiscutible: lo demuestra no sólo su 70% de favorabilidad en las encuestas sino también la vehemencia con que una gran parte de sus seguidores lo admiran y defienden. Después de tantos años de poca gobernabilidad, Uribe tomó las riendas del gobierno, se puso a "trabajar, trabajar y trabajar" y puso al país a andar en la dirección deseada por él y por sus seguidores.

Pero el trabajo incesante y el buen liderazgo no garantizan que las cosas vayan por buen camino. Son sólo herramientas que, por sí solas, no aseguran la validez de las tesis ni de los métodos del gobernante. La historia lo demuestra: Pinochet, Hitler, Stalin, Franco y Mao, por nombrar algunos al azar, trabajaron duro y lideraron a sus pueblos de manera excepcional. Sin embargo, sus objetivos, y los medios que utilizaron para alcanzarlos, fueron y serán siempre condenables.

Antes de empezar, no sobra hacer un paréntesis para aclarar que de ninguna manera se trata de comparar a Uribe con Hitler ni de tildarlo de dictador. Esto, además de ser una exageración absurda y facilista, sería una falta de respeto, no tanto con Uribe —cuya idea de que sus opositores son "comunistas disfrazados" lo deja casi en la misma posición extremista de quienes le pintan el bigote hitleriano—, sino con los millones de víctimas de tantas dictaduras de verdad.

La Seguridad Democrática: resultados ¿a qué precio?

La lucha contra la guerrilla es sin duda la principal fuente de popularidad de Álvaro Uribe. La gente percibe que Uribe trabaja duro y que dirige con firmeza a sus subalternos. Al mismo tiempo, ve que hay resultados positivos: la fuerza pública ha llegado a todos los municipios del país, las tasas de homicidios y secuestros han disminuido considerablemente, etc. Sin embargo, pasa por alto algunos detalles cuestionables en la manera de proceder del Gobierno y, lo que es peor, sigue creyendo ingenuamente que los problemas del país se solucionarán acabando con la guerrilla y que ésta se "acabará" exclusivamente por la vía militar.

Por el afán de presentar resultados, se han cometido algunas injusticias a nombre de la Seguridad Democrática. Ha habido casos en que la fuerza pública anuncia la muerte de guerrilleros y corrobora la noticia presentando en público los cadáveres de ciudadanos previamente desaparecidos (ver noticia en El Tiempo - ver nota de Salud Hernández-Mora). Y las capturas masivas han golpeado no sólo a la guerrilla sino también a cientos de ciudadanos inocentes, detenidos en redadas policiales y encarcelados por varios meses tras ser "delatados" por anónimos a cambio de recompensas. En septiembre de 2003, 117 personas fueron capturadas en Quinchía (Risaralda) por el supuesto delito de rebelión, y casi dos años después, en agosto de 2005, quedó demostrada la inocencia de 111 de ellos (ver nota de El Tiempo). Según la Procuraduría, de 1.957 capturados en 2003, 754 habían sido puestos en libertad a mediados de 2004 por falta de pruebas.

De otra parte, algunos de los métodos que el Gobierno utiliza para "ganarse" el apoyo ciudadano han puesto en duda la transparencia, la confiabilidad y tal vez hasta la efectividad de la Seguridad Democrática.

Por un lado, la idea de que quienes no apoyan incondicionalmente la Seguridad Democrática son "blandos con los terroristas" es lamentable y peligrosa. No deja de ser paradójico que Uribe, quien no pierde oportunidad de lanzar pullas a la oposición por la polarización de la opinión pública, divida a los colombianos en dos bandos: los patriotas que apoyan la Seguridad Democrática y los "comunistas disfrazados" que quieren entregar "la Patria a las FARC” (ver nota de El Tiempo).

Y, por otro lado, la rendición de cuentas sobre los resultados de la política de Seguridad Democrática deja muchas dudas en el aire. Según cálculos del Ministerio de Defensa, en 2002 las FARC contaban con 18.900 combatientes y el ELN con 3.700, para un total de 22.600 guerrilleros (ver informe). De acuerdo con el mismo informe, en el cuatrienio han sido capturados 22 mil guerrilleros, 7.292 han sido abatidos y 6.340 se han desmovilizado; es decir, las guerrillas habrían perdido 35.632 combatientes.

Si se adujera —ignorando olímpicamente el desproporcionado descuadre numérico— que las cifras oficiales son correctas, la única conclusión posible sería que los grupos subversivos reclutaron alrededor de 25 mil combatientes¹ entre 2002 y 2006. Esta sería una razón más para dejar sin piso la fijación de algunos uribistas en desconocer que la pobreza y la falta de oportunidades explican en gran parte (aunque de ningún modo justifican) la subsistencia de la guerrilla. La coerción armada por parte de los grupos guerrilleros por sí sola no logra explicar una regeneración tan rápida en sus filas.

Los logros de la Seguridad Democrática en la lucha contra la guerrilla son incontrovertibles; como bien lo señala el analista León Valencia, la guerrilla ha perdido iniciativa militar, su control territorial ha disminuido y "su penetración decisiva a las grandes ciudades se ha hecho casi imposible" (ver columna). Lo que sí es indiscutible es que, a pesar del liderazgo y la capacidad de trabajo de Álvaro Uribe, y de que sin duda ha habido resultados positivos, la política de Seguridad Democrática —y el Gobierno de Uribe en general— no es infalible, ni los métodos que le acompañan son completamente éticos.

El liderazgo electoral de Uribe

La única conclusión definitiva que se puede desprender del anterior análisis es que la opinión pública debería bajar a Uribe del pedestal de salvador de la patria al que lo subieron sus áulicos y sobre el cual se le ve demasiado cómodo.

Sólo así se puede tomar una decisión seria y bien fundamentada antes de de votar el próximo 28 de mayo. A la hora de analizar la conveniencia de reelegir a Uribe es necesario ver más allá de sus dotes de líder, de su estrategia mediática y de su manejo magistral de los medios de comunicación. (A propósito, ¿cuándo se ha visto que alguien salga airoso tras contestar una pregunta sobre el escándalo del DAS con cifras sobre el Instituto de Bienestar Familiar y el SENA como lo hizo Uribe en una entrevista con El País de Cali?)

Así como es un líder de gobierno excepcional, Uribe es el candidato ideal: la gente lo conoce, conoce su talante de líder incansable y lo ve como un mandatario amigable y confiable. Sus propuestas son percibidas por ricos y pobres y jóvenes y viejos como benéficas para todos, y su patriotismo desbordado cuaja a la perfección con la noción muy colombiana de que en Macondo nunca pasa nada porque éste es un pueblo feliz donde el optimismo y el realismo analítico no pueden coexistir. Cuestionar a Uribe es prácticamente imposible si no se quiere quedar como un enemigo de la patria ante la mirada superficial de la opinión pública.

Pero aunque Uribe es el mejor líder electoral de todos los candidatos que aparecerán en el tarjetón, su conveniencia para el país no es una verdad absoluta. Hay otras opciones que merecen ser evaluadas. Porque, a pesar del mito publicitado por la campaña pro-reelección de que todos los candidatos rajan de Uribe pero ninguno propone nada, la mayoría ha presentado programas de gobierno serios y completos.

En últimas, lo único que se puede pedir es que los votantes piensen antes de depositar el tarjetón en la urna. Que consideren todas las opciones. Que tengan en cuenta la realidad completa y que no traguen entero. Que cuestionen las extrañas cifras oficiales de la Seguridad Democrática. Que entiendan que Álvaro Uribe es un ser humano como cualquier otro, que no es infalible ni incuestionable. Y que quienes voten por él lo hagan porque están verdaderamente convencidos de que es la mejor opción para el país y no sólo porque tiene la personalidad de un gran líder político y electoral ni porque las encuestas lo hayan declarado ganador desde hace más de dos años.

===
¹Los informes del Ministerio de Defensa sólo presentan cálculos del número de combatientes hasta 2004, año en que las FARC contaban con 12.515 combatientes y el ELN con 3.655. El porcentaje de disminución entre 2003 y 2004 fue aproximadamente 6.5%. Si la disminución hubiera sido similar entre 2004 y 2005, los grupos guerrilleros habrían contado con un número aproximado de 15 mil combatientes.

Etiquetas: , , ,

domingo, febrero 26, 2006

Cinismo por un lado e indiferencia por el otro

"Queremos que Ingrid, el ex ministro de Estado Fernando Araújo, los ex parlamentarios y diputados, los militares y policías, y hasta los gringos prisioneros, regresen a su casa como producto de un acuerdo entre el gobierno de Colombia y las FARC. ¡Que todos regresen a casa!"

¿De dónde sale esta declaración? ¿De los familiares de Íngrid Betancourt, quien esta semana cumplió cuatro años secuestrada por las FARC? ¿De un candidato presidencial? ¿Del editorial de un periódico poco profesional (por aquello de "hasta los gringos")?

No.

Se trata de un fragmento de un comunicado titulado "¡Que todos vuelvan a casa! Sobre el canje de prisioneros" (ver texto completo), escrito en mayo de 2004 por el camarada 'Iván Márquez', prócer de la Patria, que Josef Stalin y Pol Pot lo bendigan. 'Márquez' declara, no obstante, que, a cambio, las FARC quieren "a Simón Trinidad y a todos nuestros guerrilleros de regreso a casa".

Claro, porque lo mismo valen decenas de delincuentes procesados y condenados de manera legal que cientos de personas inocentes secuestradas de manera indefinida y en condiciones infrahumanas con el fin de financiar y publicitar la "causa revolucionaria".

Pero a nadie debería sorprender el cinismo de un miembro del secretariado de las FARC. Porque no fue el primer ejemplo de insolencia ni será el último.

La semana pasada, la familia del mayor del Ejército Julián Ernesto Guevara Castro, secuestrado desde 1998, fue informada de su muerte en manos de las FARC (leer crónica de Salud Hernández-Mora, quien también escribió una excelente columna al respecto en El Tiempo de hoy domingo).

Y ¿cómo respondió esta mafia criminal? Pues con otro elocuente comunicado: "Las FARC hacen llegar a todos los familiares del fallecido capitán (sic), sus sentidas condolencias." Y, para completar, condicionaron la entrega de los restos mortales del mayor a "las condiciones de seguridad que esté dispuesto a brindar para ello, el presidente Uribe, único responsable del desenlace fatal del capitán" (ver el resto de esta burla inhumana).

Porque, claro, no fueron las FARC las que lo secuestraron hace siete años y lo mantuvieron aislado del mundo y lejos de su hija y del resto de su familia —o, bueno, sí fueron ellas, pero eso es irrelevante—; según da a entender la guerrilla, el mayor murió de manera indirecta en los calabozos del régimen, como les gusta creer a unos cuantos europeos ignorantes.

Cada día resulta más incomprensible el hecho de que estos asesinos cuenten con seguidores tan estúpidos y tan ciegos que todavía intentan no sólo defender su indefendible sustento ideológico —extinto desde que perdieron, hace muchos años, toda humanidad y todo respeto por la vida humana— sino además justificar sus acciones y su existencia. Existencia cuyo único efecto, además del desangre de Colombia y el anclamiento de su economía y del bienestar de su población, es la justificación, en las mentes miopes de millones de electores, de la derechización y la paramilitarización de Colombia.

Las multitudinarias marchas de los años noventa por la paz y contra el secuestro han dado paso a los ataques personales contra los familiares de los secuestrados. Argumentan que Íngrid Betancourt se metió en la boca del lobo. Sí, ¿y? ¿Esto justifica la indiferencia de la sociedad frente a su condición? No. Colombia no se inmuta por la situación de los cientos de secuestrados; en lugar de rodear y apoyar a sus familiares, la sociedad ha construido un muro de cómoda insensibilidad.

Esto se debe en gran parte a los reclamos de éstos al Gobierno de Álvaro Uribe por su falta de compromiso con sacar adelante un acuerdo humanitario que devuelva a los secuestrados a sus hogares (reclamos a veces exagerados pero siempre respetables, y acompañados en casi toda ocasión por reclamos mucho más fuertes a las FARC). Todo cuestionamiento, justificado o no, que se le haga al beatísimo Presidente es, para sus fieles, blasfemo, y quien lo hace es estigmatizado como simpatizante de los terroristas.

La vida y la libertad de las personas no pueden ser medios para alcanzar objetivos (cualesquiera que éstos sean), y deben ser entendidos como bienes y derechos universalmente sagrados.

Y sólo cuando toda la sociedad colombiana —pueblo, Fuerzas Militares, sindicatos, empresarios, terratenientes, sindicalistas, comunidades indígenas, ONGs, movimientos políticos de izquierda y de derecha— rechace con firmeza el uso de cualquier tipo de violencia, venga de donde venga y vaya para donde vaya, Colombia podrá liberarse del yugo de la guerra y vislumbrar un futuro digno.


En la foto, de izquierda a derecha: Emperatriz de Guevara (madre del mayor muerto), grupo de militares secuestrados, Íngrid Betancourt y Clara Rojas (su fórmula vicepresidencial), Juan Carlos Lecompte (esposo de Íngrid) y Yolanda Pulecio (madre de Íngrid).


ÑAPA:


Conmovedor y alentador el editorial de El Tiempo del viernes pasado:
"No está bien que la alta jerarquía católica intervenga abiertamente en política, como lo hizo hace unos días el cardenal Pedro Rubiano, al llamar a no votar por los candidatos que promuevan el aborto y los matrimonios gays", escribe el editorialista.
Y cierra, vaciando un baldado de agua helada en la cabeza de nuestra sociedad retrógrada:
"Hay que votar por los candidatos que exponen posiciones progresistas, que favorecen con inteligencia y responsabilidad el aborto en casos especiales, los plenos derechos para los gays, el respeto a las minorías sexuales y la libertad sexual de la mujer. Colombia ya no es el país conservador de antes y su legislación, en esos campos, sigue en el pleistoceno."
LEA EL TEXTO COMPLETO

ACLARACIÓN INNECESARIA


Como al parecer no quedó claro, no sobra (aunque debería sobrar) aclarar el artículo "Fábula de campaña" fue escrito en sentido contrario. Estamos jodidos —y esto sí va en serio— si una frase como "...si lo dice el Gobierno de Álvaro Uribe, aunque haya tenido que retractarse por mantener el orden, es un deber patriótico creerlo" pueda ser tomada en serio por un ser humano mínimamente racional.

Etiquetas: ,