domingo, febrero 26, 2006

Cinismo por un lado e indiferencia por el otro

"Queremos que Ingrid, el ex ministro de Estado Fernando Araújo, los ex parlamentarios y diputados, los militares y policías, y hasta los gringos prisioneros, regresen a su casa como producto de un acuerdo entre el gobierno de Colombia y las FARC. ¡Que todos regresen a casa!"

¿De dónde sale esta declaración? ¿De los familiares de Íngrid Betancourt, quien esta semana cumplió cuatro años secuestrada por las FARC? ¿De un candidato presidencial? ¿Del editorial de un periódico poco profesional (por aquello de "hasta los gringos")?

No.

Se trata de un fragmento de un comunicado titulado "¡Que todos vuelvan a casa! Sobre el canje de prisioneros" (ver texto completo), escrito en mayo de 2004 por el camarada 'Iván Márquez', prócer de la Patria, que Josef Stalin y Pol Pot lo bendigan. 'Márquez' declara, no obstante, que, a cambio, las FARC quieren "a Simón Trinidad y a todos nuestros guerrilleros de regreso a casa".

Claro, porque lo mismo valen decenas de delincuentes procesados y condenados de manera legal que cientos de personas inocentes secuestradas de manera indefinida y en condiciones infrahumanas con el fin de financiar y publicitar la "causa revolucionaria".

Pero a nadie debería sorprender el cinismo de un miembro del secretariado de las FARC. Porque no fue el primer ejemplo de insolencia ni será el último.

La semana pasada, la familia del mayor del Ejército Julián Ernesto Guevara Castro, secuestrado desde 1998, fue informada de su muerte en manos de las FARC (leer crónica de Salud Hernández-Mora, quien también escribió una excelente columna al respecto en El Tiempo de hoy domingo).

Y ¿cómo respondió esta mafia criminal? Pues con otro elocuente comunicado: "Las FARC hacen llegar a todos los familiares del fallecido capitán (sic), sus sentidas condolencias." Y, para completar, condicionaron la entrega de los restos mortales del mayor a "las condiciones de seguridad que esté dispuesto a brindar para ello, el presidente Uribe, único responsable del desenlace fatal del capitán" (ver el resto de esta burla inhumana).

Porque, claro, no fueron las FARC las que lo secuestraron hace siete años y lo mantuvieron aislado del mundo y lejos de su hija y del resto de su familia —o, bueno, sí fueron ellas, pero eso es irrelevante—; según da a entender la guerrilla, el mayor murió de manera indirecta en los calabozos del régimen, como les gusta creer a unos cuantos europeos ignorantes.

Cada día resulta más incomprensible el hecho de que estos asesinos cuenten con seguidores tan estúpidos y tan ciegos que todavía intentan no sólo defender su indefendible sustento ideológico —extinto desde que perdieron, hace muchos años, toda humanidad y todo respeto por la vida humana— sino además justificar sus acciones y su existencia. Existencia cuyo único efecto, además del desangre de Colombia y el anclamiento de su economía y del bienestar de su población, es la justificación, en las mentes miopes de millones de electores, de la derechización y la paramilitarización de Colombia.

Las multitudinarias marchas de los años noventa por la paz y contra el secuestro han dado paso a los ataques personales contra los familiares de los secuestrados. Argumentan que Íngrid Betancourt se metió en la boca del lobo. Sí, ¿y? ¿Esto justifica la indiferencia de la sociedad frente a su condición? No. Colombia no se inmuta por la situación de los cientos de secuestrados; en lugar de rodear y apoyar a sus familiares, la sociedad ha construido un muro de cómoda insensibilidad.

Esto se debe en gran parte a los reclamos de éstos al Gobierno de Álvaro Uribe por su falta de compromiso con sacar adelante un acuerdo humanitario que devuelva a los secuestrados a sus hogares (reclamos a veces exagerados pero siempre respetables, y acompañados en casi toda ocasión por reclamos mucho más fuertes a las FARC). Todo cuestionamiento, justificado o no, que se le haga al beatísimo Presidente es, para sus fieles, blasfemo, y quien lo hace es estigmatizado como simpatizante de los terroristas.

La vida y la libertad de las personas no pueden ser medios para alcanzar objetivos (cualesquiera que éstos sean), y deben ser entendidos como bienes y derechos universalmente sagrados.

Y sólo cuando toda la sociedad colombiana —pueblo, Fuerzas Militares, sindicatos, empresarios, terratenientes, sindicalistas, comunidades indígenas, ONGs, movimientos políticos de izquierda y de derecha— rechace con firmeza el uso de cualquier tipo de violencia, venga de donde venga y vaya para donde vaya, Colombia podrá liberarse del yugo de la guerra y vislumbrar un futuro digno.


En la foto, de izquierda a derecha: Emperatriz de Guevara (madre del mayor muerto), grupo de militares secuestrados, Íngrid Betancourt y Clara Rojas (su fórmula vicepresidencial), Juan Carlos Lecompte (esposo de Íngrid) y Yolanda Pulecio (madre de Íngrid).


ÑAPA:


Conmovedor y alentador el editorial de El Tiempo del viernes pasado:
"No está bien que la alta jerarquía católica intervenga abiertamente en política, como lo hizo hace unos días el cardenal Pedro Rubiano, al llamar a no votar por los candidatos que promuevan el aborto y los matrimonios gays", escribe el editorialista.
Y cierra, vaciando un baldado de agua helada en la cabeza de nuestra sociedad retrógrada:
"Hay que votar por los candidatos que exponen posiciones progresistas, que favorecen con inteligencia y responsabilidad el aborto en casos especiales, los plenos derechos para los gays, el respeto a las minorías sexuales y la libertad sexual de la mujer. Colombia ya no es el país conservador de antes y su legislación, en esos campos, sigue en el pleistoceno."
LEA EL TEXTO COMPLETO

ACLARACIÓN INNECESARIA


Como al parecer no quedó claro, no sobra (aunque debería sobrar) aclarar el artículo "Fábula de campaña" fue escrito en sentido contrario. Estamos jodidos —y esto sí va en serio— si una frase como "...si lo dice el Gobierno de Álvaro Uribe, aunque haya tenido que retractarse por mantener el orden, es un deber patriótico creerlo" pueda ser tomada en serio por un ser humano mínimamente racional.

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lunes, febrero 20, 2006

Hagámonos oír: Democracia a distancia

Especial Elecciones 2006

Se acercan las elecciones: en menos de un mes Colombia elegirá Congreso nuevo, y el 28 de mayo sabremos quién ocupará el Palacio de Nariño hasta 2010. Y los colombianos, tanto los de Ciudad Bolívar como los de Tokio, así como los de San José del Guaviare y los de Hialeah en Florida, todos, tenemos el poder y la responsabilidad de escoger buenos gobernantes (valga el desparrame de frases de cajón).

Mejor dicho, hay que ir a votar, y hay que hacerlo de manera inteligente. Pero esto último es fácil de decir y no tan fácil de hacer. Informarse de manera imparcial sobre los candidatos no es tarea fácil, especialmente debido a la falta de tiempo suficiente para hacerlo.

Sin embargo, gracias a Internet, los colombianos en el exterior ya no estamos en desventaja con nuestros compatriotas que viven dentro del territorio nacional. Es más, podría decirse que les llevamos ventaja a éstos, pues no estamos tan expuestos al bombardeo constante de vallas y propagandas en los medios llenas de promesas vacías y frases de cajón (las cuales son aun peores que las del primer párrafo).

A través de Internet, podemos visitar las páginas de partidos políticos y candidatos y así conocer sus ideologías (si es que las tienen), sus propuestas y sus trayectorias. Y de igual manera podemos estar al tanto de cualquier cuestionamiento que se haga en contra de éstos. Pero... ¿quién tiene el tiempo y la paciencia suficientes para escarbar la red hasta encontrar las páginas de los candidatos y para estar pendiente de forma permanente de los informes de la prensa sobre éstos?

Ya existen dos excelentes soluciones: el especial Votebien.com de Terra Colombia —apoyado por la revista Semana, Conexión Colombia y Transparencia por Colombia, entre otros— es serio, imparcial y muy completo, y Congreso Visible, de la Universidad de los Andes, tiene el directorio más completo de Internet sobre congresistas y candidatos.

Aun así, las responsabilidades de pedagogía electoral y promoción de la democracia no se pueden dejar en tan pocas manos, por buenas que sean.

Con el fin de ayudar a los más de 6 millones de colombianos en el exterior a votar a conciencia, Portalcol.com lanza hoy el especial Democracia a distancia: Elecciones 2006.


En esta nueva sección, los colombianos en el exterior podrán informarse sobre todo lo relacionado con el proceso electoral que se avecina:

● ¿Dónde votar?
● ¿Cómo inscribir la cédula para votar en las elecciones presidenciales?
● ¿Cómo usar el nuevo sistema de votación?
● Información sobre incentivos electorales en el exterior
● Perfiles completos de todas las listas de candidatos al Senado
● Perfiles sobre los aspirantes a la curul especial del exterior en la Cámara de Representantes y las posiciones de éstos frente a temas de actualidad nacional
● Información sobre candidatos y precandidatos presidenciales
● Enlaces útiles
● Y más.

El futuro de Colombia está en nuestras manos, estemos donde estemos: ¡HAGÁMONOS OÍR!

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