domingo, enero 29, 2006

Cartagena: ciudad de libros

En inglés, el término "book town" se refiere a los pueblos en donde el número de tiendas de libros antiguos y de segunda mano supera con creces al de supermercados y bares. El primer pueblo en recibir este nombre fue Hay-on-Wye, un pequeño pueblo en el oriente de Gales, cerca de la frontera con Inglaterra (ver artículo de Wikipedia, en inglés).

Allí nació el Hay Festival, una fiesta literaria que desde entonces se ha realizado en varios países y ha contado con la participación de escritores como el indio Salman Rushdie, la canadiense Margaret Atwood, el inglés Harold Pinter y el mexicano Carlos Fuentes. Este año, los organizadores quisieron "celebrar la cultura y literatura latinoamericanas", y el escritor mexicano Carlos Fuentes sugirió hacerlo en Cartagena. (El escritor Óscar Collazos escribió una interesante nota sobre las preparaciones y la organización del festival.)

Se decidió realizarlo del 26 al 29 de enero. Y el pasado miércoles 25 empezaron a llegar a La Heroica los escritores invitados de varios países del mundo, junto con cientos de personas, en especial estudiantes, de diferentes rincones del país. El viernes, el diario El Universal informó que después de la primera jornada ya no quedaban boletas para ningún evento.

También llegó Gabriel García Márquez a ayudar a promover la fiesta y a estar presente en la reunión de la junta directiva del Instituto Caro y Cuervo, en proceso de reestructuración. No dio declaraciones ni repartió autógrafos, pero según reportó El Tiempo comió emparedado de queso en la Avenida San Martín y se dio gusto paseando por Bocagrande.

Según sus organizadores, el Hay Festival es, más que cualquier cosa, una fiesta. Una fiesta que "está más cerca del remoto diálogo platónico y de la fiesta en espacios públicos, más cerca de Woodstock que de la Asamblea General de Naciones Unidas", para citar a Collazos, uno de los escritores presentes. No hay discursos, no hay cátedra; hay conversaciones informales y espontáneas.

Se habla de poesía y de televisión, de periodismo y de cine, y, por supuesto, del papel de la literatura en éstos (y viceversa). El jueves, en el Teatro Heredia, la escritora y periodista mexicana Alma Guillermoprieto se sentó con el autor español Enrique Vila-Matas, la escocesa Ali Smith, la venezolana Victoria di Stefano y el colombiano William Ospina a conversar sobre la razón por la cual se escribe. "Yo escribo para pensar, para no desesperarme," comentó Guillermoprieto. "Escribo para entender el mundo, para tener un quehacer diario, para digerir lo que leo y para poderme dormir en la noche."

Al día siguiente los españoles Fernando Savater y Carmen Posada y el argentino Roberto Fontanarrosa tertuliaron con Daniel Samper Pizano sobre humor, ironía y sátira, y se rieron junto con el público. El sábado, el escritor antioqueño Héctor Abad, el nicaragüense Sergio Ramírez y el indio Vikhram Seth, entre varios otros, comenzaron el día leyendo su poema favorito en el Teatro Heredia. Y esa misma tarde, los productores de televisión Fernando Gaitán y Juana Uribe hablaron de telenovelas como Café con aroma de mujer y Yo soy Betty la fea con la escritora Laura Restrepo y el crítico Ómar Rincón en la sesión "Las telenovelas: ¿literatura o televisión?"

La fiesta termina el domingo con una sesión compartida entre autores y público sobre los gustos literarios de lado y lado, una ceremonia de premiación y con una muestra del Carnaval de Barranquilla.

Esta fiesta de la palabra ha logrado conectar al público lector con los escritores de carne y hueso cuyas mentes sólo conocían por medio de sus libros y una que otra mención en un periódico. Y, de paso, se une al Festival de Cine para hacerle contrapeso, en beneficio de la salud mental de Cartagena y la del resto de Colombia, al reinado de "belleza" (del tipo sintético) y banalidad que tanto revuelo causa en los medios nacionales.

Para más información, vea la página oficial del festival.

La contraportada de Cartagena

De manera paralela al Hay Festival, el escritor cartagenero Efraim Medina realiza, con el fin de "mostrar a través de crónicas, reportajes, ensayos y columnas la grave situación que afronta la otra Cartagena", el No Hay Festival, en Bazurto, Nelson Mandela, Henequén y otros sectores marginados de la ciudad. Cuenta con la participación de autores colombianos como Alonso Sánchez Baute, Ernesto McCausland, Daniel Samper (padre e hijo), Ricardo Silva y Antonio Ungar, entre otros.


Podrá disgustar a algunos el estilo irreverente y a veces deliberadamente chambón de Medina, pero la mísera realidad de la gran mayoría de los cartageneros no se esfuma así no más con ocasión de visitas de huéspedes inútiles —perdón, ilustres—, reinados ni festivales.

Muy bien por el Hay Festival, sí. No se trata de aguar la fiesta. Se trata de mostrar la realidad que vive esa Cartagena que, como escribe Medina, "no sirve para hacer postales ni festivales internacionales de nada". Y así tratar de hacer algo para que ese 80% de Cartagena pueda algún día disfrutar y beneficiarse de festivales como éste.

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1 Comments:

  • At 5:48 AM, Anónimo said…

    JAMES LEPHRA: UNA GASOLINERA EN EL DESIERTO
    por Efraim Medina Reyes 



    REVISTA MAX: ¿Usted por qué escribe?
    J.L.: No tengo respuesta, nadie que merezca respeto la tiene.

    REVISTA MAX: García Marqueting dice que escribe para que sus amigos lo quieran.
    J.L.: Si sus amigos, son al mismo tiempo socios editoriales, no dudo que lo consiga. Y recuerde que dije “nadie que merezca respeto”.

    REVISTA MAX: ¿Va mucho a cine?
    J.L.: No, la última vez fue hace seis años. El cine nunca ha pasado de ser un montón de chatarra dorada. Con los años ha ido perdiendo el color y para tapar los baches suelen usar mierda. Ese tipillo, Ripstein, me enferma: la mierda que usa no sólo es blanda sino que hiede a bebé muerto. A veces veo la tele pero prefiero mirar el cielo raso y embrutecerme sin ayuda.

    REVISTA MAX: ¿Cómo va su vida sentimental?
    J.L.: Bastante tranquila desde que decidí que masturbarme era lo mío. Al principio lo hacía con revistas y videos porno, después contraté gente y finalmente llegué al estado ideal: me excito con la llave de la ducha, así que cuando expulso el semen sólo tengo que girar la llave.

    REVISTA MAX: ¿Le gusta el mar?
    J.L.: Sí, a veces sueño que se ahogan una pila de escritores de mierda, que caen de los puentes miles de poetas con piedras atadas al cuello y entonces digo: el mar es lo mejor. Lo malo es que es un sueño... Me conformaría si al menos cayeran Isabel Allende y Paulo Cohelo.

    REVISTA MAX: ¿Se considera un buen escritor?
    J.L.: Nunca se puede estar seguro, Hemingway dijo que todo escritor debía tener un detector de mierda, pero a él se le dañó porque si algo tienen sus novelas es eso. Me parece que apenas funcionó con los cuentos, así que un escritor debe tener su detector de mierda y otro que garantice que el primero funcione. Volviendo a su pregunta me considero mejor escritor que el chaparro de Hugo Chaparro o el mediano de Héctor Abad (quien nació sin detector o lo compró de segunda mano).

    REVISTA MAX: ¿Qué opinión le merecen las fusiones basadas en música folclórica?
    J.L.: Mi debilidad no es el manido folclor, prefiero estudiar el sexo de las lombrices. A pesar de ello entiendo el valor de Alejo Durán y otros juglares por el estilo y pienso que sólo una bestia infame podría relacionarlos con esos mamarrachos tragamonedas de hoy.

    REVISTA MAX: ¿Le gusta algún escritor latinoamericano?
    J.L.: Prefiero el boxeo. En cualquier otro deporte lastimar es contra las reglas. Si un corredor de fórmula uno revienta a 300 km/h contra una pared se habla de accidente, si Gattuso (un psicópata avalado por la FIFA) le parte en tres pedazos la pierna a el gordito Ronaldo se habla de falta grave. En el primer caso se investiga, en el segundo se sanciona. El boxeo es odio puro, te subes al ring con la sana intención de arrancarle la cabeza al rival.

    REVISTA MAX: ¿Qué opina de Amparo Grisales?
    J.L.: Que a pesar de tenerlo viejo lo mueve bien. Particularmente prefiero uno nuevo aunque no se mueva tanto.

    REVISTA MAX: Preguntaba sobre su oficio no sobre...
    J.L.: Ese es su oficio.

    REVISTA MAX: También se le reconoce como actriz...
    J.L.: Es mejor actriz el dedo gordo de mi pie izquierdo, sólo que le falta lo que a ella le sobra.

    REVISTA MAX: En Ciudad Inmóvil, donde usted creció, se le considera un mito, ¿qué hizo de especial allí?
    J.L.: ¿De especial? Un pito. Allí hasta un perro cagando se convierte en mito. Imagínese que hasta Judith Porto de González es considerada allá una figura literaria.

    REVISTA MAX: ¿Qué opina del poder?
    J.L.: Es obvio que el hombre fracasó en todos sus sueños (amor, equilibrio, salud, eterna juventud, tolerancia, etc.) y que ha triunfado en sus pesadillas (guerra, enfermedad, miseria, gripe, programas de opinión, etc.). Me parece que la búsqueda ha llegado a su fin. Esa basura de políticos (y prefiero a los que tratan de sacar ventaja porque los bien intencionados resultan peor) que habla de objetivos, de posibilidades y éxito, de valor y honor, de algún tipo de futuro donde cantan ruiseñores y el golf es un deporte, a ese gente la metería con infinito placer en la máquina de moler sesos.

    REVISTA MAX: ¿Qué opina de Humberto Eco?
    J.L.: Que se vería mejor con body, minifalda de cuero, medias de malla y altos tacones.

    REVISTA MAX: ¿Cuál es su sueño?
    J.L.: Tener una gasolinera en el desierto. ¿Suena loco, eh? El truco consiste en que jamás estará en servicio, ni una gota, sabes, ni una.

    REVISTA MAX: No le encuentro el sentido...
    J.L.: Imagina un auto rojo lleno de actorcillos de la tele o cualquier otra porquería, han salido en busca de emociones fuertes y están extraviados, el tanque del auto está casi vacío, algunos empiezan a chillar y de repente encuentran mi gasolinera y se entusiasman, piensan que llegan al lugar correcto y yo me lo pienso y miro sus alegres caras, ¿entiendes?

    REVISTA MAX: No, ¿podría ser más explícito?
    J.L.:(después de un largo y terrible erupto). Sabía que por alguna razón eras periodista...

    REVISTA MAX: ¿A qué atribuye su fama?
    J.L.: En el supuesto caso de que Dios hubiera inventado al hombre para destruir una obra fallida, de la cual el hombre hace parte, nadie podría acusarlo de negligencia (al hombre, claro).

    REVISTA MAX: ¿Cómo ve el futuro próximo?
    J.L.: Pienso que la fiesta va a seguir: racismo, drogas, contaminación, raras enfermedades, los segundos cuarenta años de Jorge Barón, miseria, guerra, involución, momias ilustradas opinando sobre el sexo de las lombrices... También habrá mierda por toneladas, la mayor parte escrita por Ángela Becerra, Laura Restrepo y Walter Rizo. Graves tragedias nacionales como que Maturana y “Bollillo” regresen a la Selección de Fútbol y lo peor de todo: una nueva generación de escritores colombianos.

    REVISTA MAX: Supe que tuvo un roce con un eminente científico...
    J.L.: El idiota se cabreó por un fragmento de mi libro Paulo Cohelo y Dan Brown me la chupan otra vez que dice: (abre el libro y lee) Resulta conmovedor preguntarse cuán importante es el descubrimiento de sustancias que salvarán millones de vidas en el tercer y octavo mundo. No es en cierta forma cruel (en un planeta atestado de gente) SALVAR VIDAS que de antemano están condenadas a la angustia fisiológica y la desolación ambiental, a la depresión renal y a la intemperie, al delirio de persecución (bien fundamentado), al hambre, a que los gringos ganen todos los partidos de baloncesto, a la ruina mental, moral, física, a uno echarse jamás un polvo con Sharon Stone (o algo aproximado). Condenados a ser escoria para experimentos nucleares con desechos radiactivos enterrados en sus patios. Vendrá un día en que esos sabios y arrogantes investigadores serán considerados CRIMINALES por habernos salvado de una muerte más que digna y temprana en nombre de una ciencia que no ha sido capaz de inocular al hombre una sustancia que mengüe su ferocidad.

    REVISTA MAX: ¿Ha pensado en el suicidio?
    J.L.: Sí, me gustaría abrir el periódico un amanecer y encontrar que la noticia de día es el suicidio en serie de los animadores de tele ventas, el elenco de Padres e Hijos y los cantantes de Reggaeton. El suicidio es el único acto de pudor que les queda a tantos hijueputas.

    REVISTA MAX: ¿En qué trabaja actualmente?
    J.L.: Un caguetas de Hollywood quiere llevar mi novela Brinca y pea, cariño al cine y me pidió que escribiera el guión, pero mi gran proyecto sigue siendo inventar un papel higiénico que de verdad limpie el culo.

    REVISTA MAX: ¿Qué cosas odia?
    J.L.: Las habitaciones repletas de libros, la gente que trabaja detrás de una ventanilla, Mercedes Sosa (cuyo apellido no podría ser más apropiado), la gente que explica sus actos, los granos que me salen en la cara y en el culo. La gente que cree en la fecha de vencimiento de los alimentos enlatados y en los jugos de pura fruta y esas babosas culonas que saltan de los reinados a la tele y en cada entrevista van diciendo que soy su personaje favorito.

    REVISTA MAX: ¿Algo le inspira respeto?
    J.L.: Cualquier criatura distinta al hombre me lo inspira, ellas siguen viviendo por no caer en cuenta del mundo en que viven; en cambio, nuestra supuesta conciencia, no nos sirve para tener el ápice de pudor que nos haría reventar. Hace poco leí que las águilas, cuando por alguna razón (ala rota, vejez, pérdida de pareja) no podían dominar los cielos a su antojo, optaban por suicidarse estrellándose contra las rocas y que lo mismo hacían los grandes habitantes del océano. En cambio, nunca he sabido que una cucaracha tome tal decisión.

    REVISTA MAX: ¿Qué le falta por hacer?
    J.L.: Comerme un murciélago vivo o lo que es peor: leer las obras completas de Arturo Uslar Pietri. Experimentar asco es una aventura apasionante que empiezo cada día al mirarme al espejo y que sólo puedo superar en un encuentro de escritores.

    REVISTA MAX: ¿Cómo le gustaría terminar esta entrevista?
    J.L.: Con un adiós a los que me aman y un pedo al resto.

    Notas
    James Lephra. 54 años. Diseñador de calzoncillos para jabalíes. Filósofo y dentista. Actor de cine y televisión en Guinea del Sur. Estuvo casado con la tenista Martina Cara de Caballo y con el mesero Jaime Baily’s.
    A los tres años James Lepra le echó un pedo en la cara a su tía, la famosa prostituta y exreina nacional de la belleza, Susana Chupalotodo. Esa misma noche descubrió que su padre era el poeta y vendedor de aspiradoras Depáck Chuprá (vendedor del mes durante tres años en K-Mart). Desde entonces la crítica lo ha catalogado como un tipo irreverente.
    La modelo brasileña Kira ha declarado que Lephra se lo zampó por detrás cuando ella no había cumplido trece años. Lephra sostiene que fue por delante.
    Efraim Medina Reyes (Cartagena, 1967). Lo primero que quiso fue ser campeón mundial de boxeo, realizó 14 combates sin conocer la victoria y decidió probar suerte con la música. Con la 7 Torpes Band, fundada en compañía de dos amigos, grabó dos cd de garaje y en cuatro años lograron vender 9 copias de cada uno. Después estudió tres años medicina y dos de economía. En 1986 fundó la multinacional Fracaso LTDA (con el hoy mítico eslogan Donde se necesite un fracaso allí estaremos) y escribio y dirigió piezas teatrales como Eso no me infla la banana (“que tuvo una asistencia record para Cartagena de siete espectadores en seis meses”); también película en video como Tres horas mirando un chimpancé. En 1995 ganó el premio nacional de literatura con la obra Cinema árbol y otros cuentos. Pero el éxito internacional llegó en 2001 con la novela Erase una vez el amor pero tuve que matarlo a la que siguieron en 2002 Técnicas de masturbación entre Batman y Robin y en 2003 Sexualidad de la Pantera Rosa. En 2005, durante la Feria Internacional del libro de Bogotá, lanzó una colección de poemas bajo el título Pistoleros/Putas y Dementes (Greatest Hits). Para diciembre anuncia su nueva novela La mejor cosa que nunca tendrás y un cd de Grandes Fracasos de 7 Torpes Band titulado Canciones aún más mediocres. Ha sido jurado del Festival Internacional de Cine de Venezia. Escribe para la revista colombiana Soho (www.soho.com.co ) y la italiana Internazionale (www.internazionale.it). Su blog en español es: www.pistolerosputasydementes.blogspot.com

     

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