jueves, abril 06, 2006

El maquiavelismo "pro-vida"

"El Divino Niño fue sacado de su Iglesia en el 20 de Julio para protestar contra el aborto", informó El Tiempo el pasado lunes 3 de abril. La "peregrinación en defensa de la vida", organizada por la Iglesia Católica y varios grupos "pro-vida", llenó la Plaza de Bolívar para solicitarle a la Corte Constitucional que rechace la demanda que pide despenalizar el aborto en Colombia.

En principio, habría que felicitarlos, pues se manifestaron en paz y transmitieron su mensaje sin piedras ni papas-bomba: un ejemplo para muchos. Sin embargo, el uso político y mediático de la imagen del Divino Niño es, para usar una de las palabras predilectas de los cruzados ultra religiosos, una aberración.

El traslado de la estatua del Divino Niño a la Plaza de Bolívar para la manifestación es un caso inequívoco de manipulación de masas. Según el mismo artículo de El Tiempo, el motivo por el cual muchos feligreses acudieron a la Plaza de Bolívar fue, más que la manifestación, la sola presencia del Divino Niño, cuya iglesia en el barrio 20 de julio visitan todos los domingos más de 40 mil personas. ¿Habrían acudido a la marcha si el Divino Niño no fuera la atracción principal? Probablemente no.

Pero el asunto en cuestión no es la capacidad de convocatoria de los organizadores de la marcha. Lo reprochable es el uso descarado del objeto sagrado. En el ámbito terrenal, es un abuso de poder. Y, teológicamente hablando, es igualmente censurable. La utilización de la estatua del Divino Niño como un instrumento publicitario, como un medio hacia un fin que no es la veneración de la entidad representada, constituye un manejo indebido del objeto.

Dirán que se trata de un fin noble (proteger “el don divino de la vida desde su concepción”, siguiendo la consigna papal), pero esto no excusa la corrupción de los métodos ni repara los daños causados por ésta (fieles ahuyentados, pérdida de confianza en la institución, etc.). ¿O es que la Santa Inquisición se justificó por la "supresión de la herejía"?

Este mismo maquiavelismo se refleja también en otra de las estrategias “pro vida” de la Iglesia, una nueva especie de cruzada de los niños, esta vez no contra los árabes sino contra el aborto. La semana pasada, la Corte Constitucional recibió 30 mil cartas de niños rechazando la despenalización del aborto. Según los organizadores de la campaña, los niños escribieron las cartas por iniciativa propia, ejerciendo su “derecho a exigir que se respete la vida desde el momento de la concepción”. Sin embargo, la columnista María Jimena Duzán denunció que a los niños de siete años de un colegio de Medellín se les había pedido escribir las cartas “ligero” (es decir, rápidamente), explicándoles que “a las mamacitas que están embarazadas les sacan los niños de la barriguita para matarlos”.

La asociación Familia Educadora, organizadora de la campaña, se defiende argumentando que los padres de los niños tienen el “derecho y [la] obligación de educar y formar y representar a [sus] hijos en la defensa de la vida humana”. Se nota que se tomaron muy en serio esta labor pedagógica: “Si no nacen más bebés se acaban las personas,” escribió uno de los niños en su carta, según una noticia de la Agencia Católica de Informaciones (ACI). ¿Qué le habrán dicho a este pequeño para hacerle creer que no nacerán más niños si la Corte falla a favor de la demanda?

¿Cómo se le explica a un niño un tema tan complejo y delicado de manera objetiva y equilibrada? ¿Les explicarán las situaciones de pobreza, maltrato y falta de educación atadas al asunto? ¿Les contarán sobre los diferentes tipos de malformaciones congénitas que hacen imposible la vida extrauterina de un feto? Por supuesto que no. La sola idea de bombardear a un niño que apenas está aprendiendo a leer y escribir con esta información es insensata e infame, y más aun si el propósito es, como en el caso del Divino Niño, utilizarlos en una estrategia mediática con fines políticos.

Sería ingenuo e injusto pensar en negarle a la Iglesia Católica su derecho a manifestarse sobre un tema que considera tan importante como el aborto. Pero es apenas justo invitarla a que lo haga con la mesura que la ha caracterizado, por ejemplo, en sus esfuerzos por lograr la liberación de personas secuestradas, y no con el maquiavelismo que la ha llevado a cometer tantos errores e injusticias a lo largo de la historia.


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Más información sobre el tema

"La sociedad colombiana: inhabilitada para emitir juicio" (Colombianadas: El Blog, 9/12/2005)
"Carta de una abuela indignada" por María Jimena Duzán (El Tiempo, 27/2/2006)
"Carticas marcadas" por Daniel Coronell (Semana, 2/5/2006)
"El Divino Niño fue sacado de su Iglesia en el 20 de Julio para protestar contra el aborto" (El Tiempo, 3/5/2006)
"Más de 30 mil cartas de niños colombianos piden a Corte Constitucional no despenalizar el aborto" (ACI Prensa, 29/3/2006)

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